lunes, 10 de octubre de 2011

La parte negativa

Este fin de semana estuve en las fiestas del pueblo de mi tío, un pueblo que apenas pasa de los cien habitantes y que se puede multiplicar por tres en estos días. Allí tengo unos amigos con los que he pasado este par de días.

Tras el primer contacto parecía que todo iba a ir como de costumbre, pero algo se traían entre manos.

- ¿Fuiste a la JMJ?
- Sí
- Con que tú eres una de esas de las que si el Papa le dice... blablabla

En cuanto vi que la conversación no me interesaba, me escaqueé como pude, aunque ellos tenían ganas de seguir provocando.

- Yo estuve en la manifestación laica.
- Pues qué bien
- Y hubo uno que...blablabla

A mi lado salió una chica que le continuó la conversación y solo llegué a escuchar:

- ¿De verdad estuviste en la manifestación?
- No, pero un amigo sí estuvo y me ha contado... blablabla

Después de esta conversación, si puede llamarse así, no volvimos a hablar en toda la noche, ni tan siquiera una sonrisa de complicidad cuando nos rozábamos bailando al ritmo de la orquesta. No sabía que tanto le afectaría mi presencia en la Jornada Mundial de la Juventud.

Pensaba contarle lo bien que me lo había pasado, alguna anécdota o cualquier tontería de esos días, sin embargo, me sentía como si mi afirmación hubiese sido algo espantoso. Fue en ese momento cuando decidí irme a casa, aquél no era mi sitio.

Una vez en la cama recordaba el par de horas que había compartido con mis padres, mis hermanos y un amigo de la familia al que fuimos a visitar y que vive en la residencia que tienen las Hermanitas de los Pobres en Los Molinos.

Aquella casa era enorme, todo rodeado de naturaleza y casi en la misma falda de la sierra. El amigo nos contaba que aquel lugar iba a destinarse para el noviciado y tuvo que cambiar su función porque solamente tenían tres novicias para un edificio de tales dimensiones. Decía que las mandaban a Francia, que allí había muchas más.

Nada más bajar del coche me dieron ganas de decirles a todos que me quedaba, que quería quedarme allí, que aquel lugar estaba hecho para mí. A mí que me encantan las historietas de las personas mayores y pasar el día en su compañía...

2 comentarios:

Limón. dijo...

Tampoco entiendo por qué se pusieron así por el mero hecho de haber ido a la JMJ... Es bastante estúpido.

María dijo...

Limón, eso mismo es lo que yo me pregunto. Ya sabemos que hay gente para todo.