jueves, 23 de junio de 2011

Jugando a ser mayor

Hace unas semanas, sin motivo aparente, mi madre nos reunió a la pequeña y a mí en la cocina. Ella siempre lo hace con encanto. Aprovechó el momento en que acudimos a hablar con ella mientras preparaba la cena. 

Ese día cerró la puerta. Ya sabemos, por experiencia, que cuando hace ese gesto, significa que se trata de algo importante, sin que se entere nadie más. 

Era domingo y hubo tormenta, lo ideal para que mi padre trastease con la televisión. Mi hermano volvía del trabajo y mi hermana mayor, como de costumbre, acababa de regresar a Madrid. 

Las tres solas en la cocina, nosotras dos esperando a que hablase:

- Tengo que contaros esto pero, por favor, no lo habléis con nadie. Fulanita está embarazada.
+ ¡Anda, mamá, no digas tonterías! ¡Si esa chica no tiene ni la mayoría de edad!
- Ahí está el problema. Lo peor de todo es que el padre le dobla la edad y ¡tiene tres hijos!

Ésa fue la introducción a una serie de advertencias del tipo 'tened cuidado con lo que hacéis', 'sed consecuentes'. La pequeña volvió a sus cosas y yo seguí hablando con mi madre.

Me dio a entender que yo ya no le preocupo, que confía en mí, pero la pequeña... ¡La pequeña está compuesta por un montón de hormonas revolucionadas!

No volvimos a hablar del tema, hasta hace unos días, cuando nos anunció la trágica noticia. Sus padres decidieron que lo mejor era abortar. ¡Qué fácil solución! No supimos qué contestar.

La cara de mi madre era de indignación, la mía estaba entre sorpresa y tristeza. No entiendo cómo esos padres permiten terminar con esto de esa manera.

Quizá sea la sensibilidad que gasto estos últimos meses respecto a este tema...

Hace un año abracé con todas mis fuerzas a mi mejor amiga a la que acababan de encontrar una células que estaban de más en su cuerpo y que podrían dificultar su maternidad en un futuro. Es increíble todo lo que se te pasa por la cabeza en esa situación. Ella estaba dispuesta a ser madre en ese mismo instante, a pesar de su edad, sus estudios... Sólo quería llevar a cabo lo que siempre había deseado.

Unos meses después, soy yo la que le cuenta mi paso por el especialista. Nada grave, en principio, si se trata. La doctora sólo dijo 'tómate esto y vuelves un año después'. Volví tan contenta de haberme librado de mis preocupaciones. En casa no le dimos la más mínima importancia.

Hasta que una tarde, hablando por teléfono con mi hermana mayor, contando el diagnóstico, ya que ella es médico, subió el tono de voz y empezó a preguntar lo que aparentemente no tenía ningún sentido.

- ¿Comes bien? ¿Estás segura? Bueno, allá tú, yo ya te he avisado. Y no te sorprendas si luego tienes dificultades para ser madre.

Vivía en la total ignorancia. Reviví lo que hacía unos meses me contaba mi mejor amiga y te cuestionas todo lo que muy seguramente ella pensó.

Por este motivo me disgusta que se trate la vida como se está tratando, como si fuese un juego en el que reinicias la partida cuando lo has hecho mal. Somos muy egoístas al deshacernos de lo que nos estorba para seguir sin esa carga unos años más. Sin pensar en las consecuencias, en los daños que presenta para la salud ahora y lo que pueda venir después. Si fuésemos un poco más consecuentes... Sin embargo, nos divertimos siendo unos irresponsables.

También conozco el caso de una madre adolescente que afirma, completamente segura, que lo mejor que le ha pasado en la vida es su hijo. Es complicado dejar de ser una niña de la noche a la mañana, mas la recompensa es incalculable.

Unas se acuestan llorando porque no pueden y otras lo hacen porque no quieren.

3 comentarios:

Naota Nandaba Kasugano dijo...

hay una frase que me recuerda a eso que dices en laúltima frase: Dios da pan a quien no tiene dientes...
Pero bueno, no se puede juzgar a todo sin su contexto adecuado, allá cada uno lo que hace con su cuerpo, aunque lo ideal seria pensar las cosas antes de hacerlas, si no quieres hijos,, no cuesta nada prevenir no será porque no hay métodos para evitarlo.

Àngel dijo...

Naota, supongo que dentro de las soluciones 'fáciles' al 'problema', siempre está eso de 'tomar medidas', aunque parece ser que es un método fallido... Pero no se puede decir eso de 'allá cada uno lo que hace con su cuerpo'. Porque el cuerpo es algo que hay que respetar en toda su integridad. Y acostarse con el primero que pasa o cualquier situación análoga, es tener una actitud liberticida/libertaria, que no enaltece a la persona, sino que la denigra a la condición de individuo.

Seguramente te sonará la frase: 'Haz lo que quieras pero no lo primero que te venga en gana'.
No es lo mismo Libertad, que libertinaje.

Naota Nandaba Kasugano dijo...

En mi opinión,la palabra libertinaje es la forma más peyorativa de libertad, es como si la palabra libertad tuviese límites solo por decir libertinaje. Cada uno es libre de tomar las decisiones que le apetezca, y hasta arrepentirse o no de ellas. Pobre de aquel cuyos límites se los ponga terceros, otra cosa es que tu libertad limite la de otra persona, eso ya sería deleznable. Pero quitando eso, todo vale.