miércoles, 7 de septiembre de 2011

Seguimos caminando

Día tras día voy asentando lo que viví en Madrid. Recibo reflexiones de aquellos días, busco vídeos, fotos, relatos... Quiero saber lo que se vio desde fuera, lo que vieron desde casa. No hay día que alguien me ve la pulsera y me diga '¿Estuviste en la JMJ? ¡Qué envidia me das!'

Esta misma mañana me he enterado de que tengo una compañera judía y decía que le hubiese gustado venir y vivirlo. Me acabo de dar cuenta de que hoy he conversado a la misma vez con una judía y un musulmán. ¡Impresionante!

Volviendo al tema, estos primeros días de clase he tenido muy presente la experiencia. Por un lado, vivir con gente de tan diferentes culturas me ha hecho ver a las personas de otra manera, no por su lugar de origen, como tenía por costumbre, sino por sus sonrisas, sus palabras amables... Esas pequeñas cosas que nosotros jamás tendríamos con los demás.

Por otro lado, a pesar de no haberme visto aún en ninguna situación comprometida, me quedo con unos versos que cantamos, 'Quien a Dios tiene, nada le falta, solo Dios basta' y, quizá, cuando alguno me ha vuelto la cara, la he recitado mentalmente y apenas duraba unos segundos en el pequeño quebradero de cabeza.

Hasta hace unos meses creía en las casualidades pero a día de hoy he borrado esa palabra de mi diccionario. Cada mañana me encuentro con una prueba distinta, como puede ser una mala cara que cambiar, una discusión por solucionar o un trabajo mal hecho por modificar.

Hay piedras en el camino que parecían aguantar mi peso y ya van demostrando que andaba equivocada. De los errores se aprende y mucho. Las bombillas que parpadean terminan por fundirse.

Sinceramente, aquí, sin salir de casa, apenas tengo a lo que enfrentarme. Aquí todo es alegría, diversión, buen humor, servicio, ayuda, compañía... Ayer incluso me planteé integrarme un poco en la comunidad. Me da miedo pero no lo descarto más adelante. Echo de menos rezar laudes cada mañana...

Hoy me he levantado con unas bonitas palabras que me han hecho mucha ilusión, la verdad. Nadie sabe cómo va a acabar esto. Recibo muchos regalos últimamente y ninguno material.

Empiezo a ver el final de mis días universitarios y todavía no me imagino trabajando como tal, de hecho, tengo la sensación de que dejaré de lado lo que he estudiado y me dedicaré a otra cosa. El tiempo lo dirá.

Mañana no tengo clase pero ya empiezo a trabajar por mi cuenta, a ser un poco más responsable, a valerme por mí misma... Me están obligando a madurar, he intentado retrasar el momento de todas las maneras posibles y, aquí estoy, a unos meses de graduarme y sin saber qué hacer con mi vida.

Solo son unas pinceladas de estos primeros días de vuelta a casa

No sé dónde me he dejado la coherencia...

2 comentarios:

Rafa dijo...

Efectivamente, la casualidad no existe. La "Jesualidad", sí. Todos tenemos tanto que cambiar, tanto que mejorar... Pero nuestros testimonios son los que alientan a otros a seguir en su lucha personal. El tuyo está siendo muy importante, así que ánimo y a seguir en el buen camino.
Con cariño, recibe un abrazo,
Rafa

María dijo...

Rafa, gracias por tus palabras. Son las que cada día necesito para seguir adelante y dar un paso más, sin miedo. Un abrazo