miércoles, 13 de julio de 2011

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Parece que algo estoy haciendo mal. Si supiera lo que es, no tardaría en buscarle remedio. 

El problema es que no sé cuál es mi meta, mejor dicho, no sé cuál es mi camino. Y sin saber mi camino ando muy perdida.

Paso el día pensando cómo voy a dar la noticia, qué pensarán, qué dirán, y al llegar la noche sólo viene a mi cabeza la persona que me hizo llegar hasta donde hoy estoy.

En una ocasión esta persona me dijo que quizá Dios le había acercado a mí para que yo me acercara más a Él y no he encontrado ningún otro motivo de nuestro encuentro.

Hasta hace unos días me decía a mí misma que si no era con él, no era con nadie más. Jamás había conocido a alguien que se asemejara tanto a lo que yo quería en mi vida.

No hubo noche en estos meses atrás que no pidiera a Dios más que uniera nuestros caminos, si así era su voluntad. Cuanto más se lo pedía, más impedimentos ponía.

Una de las veces que tuve la oportunidad de hablarlo, le pedí que saliese como yo quería y, por distintos motivos, no pudimos vernos. Él empezaba a dar pistas.

La segunda vez fue más directo, él confesó que ya había elegido. Había elegido seguir a Dios. 

Estuve a punto de decirle todo lo que había guardado hasta entonces, echar abajo su decisión, todavía estaba a tiempo. Era imposible haber dado con esa persona tan especial y que se escapara tan pronto, sin darme siquiera la oportunidad.

Después, en la misma conversación, me sugirió la segunda opción, la que ya llevaba tiempo planteando y me echaba para atrás al pensar en él. Aún así, me motivó, porque si él se entrega renunciando a todos sus sueños, todas sus expectativas de familia, su trabajo, sus estudios... ¿Por qué no voy a hacerlo yo?

He puesto demasiado alto el listón y sólo hay a Uno que le supera con creces.

Me parece que él y yo nos hemos enamorado de la misma persona...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dices: "Y sin saber mi camino ando muy perdida." Yo te digo que no estás perdida, estás BUSCANDO. No te desanimes por no saber con exactitud lo que te depara el futuro, sabes lo que pienso, lo importante es que seas feliz; el lugar y el cómo son lo de menos.

Tenemos un problema, creo que yo también estoy enamorada de la misma persona jajajajaja

Y resucitar contigo dijo...

María, llevo poco tiempo leyendo tu blog, desde el 21 de junio concretamente. Bien, hoy me atrevo a dejarte un comentario. Como algo que no me dejaba parar he leído entrada tras entrada para atrás, como los cangrejos jajaja, porque tu entrada de hoy... me deja :o jajaja.

Es verdad, no nos conocemos,
es verdad, nunca hemos "hablado" una sola palabra,
es verdad, tenemos algo en común, soy también de tu tierra,
es verdad, puedo intuir... que tenemos muchas cosas más en común.

Y vaya, creo y si no me equivoco... que tú, letrasaporreadas y yo... nos hemos enamorado de la misma Persona.

Gracias por todo lo que escribes, de corazón... hoy me ha ayudado leer tus cosas, me veo reflejada en tantas...

Un abrazo, María

María dijo...

Ésta es una de las pocas veces que prefiero no recibir comentarios, por vergüenza más que nada, porque escribo lo que algunos intuyen pero realmente nadie sabe.

A la hora de recibir el comentario, me pienso dos, tres, incluso cuatro veces si leerlo o dejarlo olvidado. Está claro que la curiosidad me puede y como nunca he recibido nada de mal gusto, ¿por qué no?

Gracias por vuestro apoyo, os lo agradezco muchísimo. Me alegra compartir esta experiencia tan grande con vosotras.

Un abrazo muy fuerte para las dos

Manu dijo...

Me recuerda a lo que me pasó con mi primera novia. A los pocos días de empezar, me dijo que ése no era su camino. Llanto, rabia, incomprensión... Hasta que entendí que era lo mejor para ella y que Él se había valido de mí para mostrarle lo que le tenía preparado.

Dices que os habéis enamorado de la misma persona. Yo siempre bromeaba: "Me ha dejado por otro". Pero qué otro...